Hoteles a Limoges

Limoges es una ciudad de artistas que han trabajado tradicionalmente la porcelana, las vidrieras y el esmaltado y que todavía hoy día siguen innovando. La ciudad ofrece varios recorridos en los que se pueden visitar diferentes talleres y observar a los creadores de estas obras en su trabajo cotidiano. En Limoges se puede encontrar porcelana en las fachadas de varios edificios del centro de la ciudad, al igual que en el cementerio Louyat o en las fuentes.

Pero esta encantadora ciudad del centro de Francia, capital de la región de Lemosín, tiene otros muchos atractivos y rincones en los que merece la pena perderse durante unos días. Uno de ellos es el río Vienne, rodeado de exuberante naturaleza, donde es posible practicar un sinfín de actividades al aire libre. Por otro lado, la carne y patatas locales, de excelente calidad, forman parte de la gastronomía típica de Limoges y se pueden degustar en cualquier restaurante de la ciudad. Además, hay dos fiestas importantes en torno a las artes culinarias que se celebran en la urbe: La Frairie des Petits Ventres, en octubre, y Toques et Porcelaine, que tiene lugar cada dos años.

Aproveche también su estancia en Limoges para conocer la hermosa ciudad francesa de Moulins y alójese en el Hotel Campanile para así disfrutar de sus inmejorables tarifas y confort.

Atendiendo a la excelente fama que tiene carne de Limoges, es de visita obligada visita la Calle de la Carnicería, situada en el casco histórico. Allí se situaban antiguamente se situaban todos los comercios cárnicos de la ciudad y actualmente destaca por sus originales edificios con fachada de madera de la época medieval.

Entre los tesoros de la ciudad se encuentra la espectacular catedral de San Esteban, que tardó seis siglos en construirse, y en la que predomina el estilo gótico con retazos del Renacimiento. También merece la pena visitar otros edificios religiosos de Limoges como la iglesia de Saint-Michel-des-Lions o la de Saint-Pierre-du-Queyroix. La estación de tren Benedictino, con su enorme cúpula y hermosas vidrieras, es de obligada visita.

Uno de los lugares más cautivadores de Limoges es el jardín del Obispado, situado al lado de la catedral. Se trata de un enorme espacio lleno de árboles, plantas y hermosas flores del mundo entero en el que poder disfrutar de un agradable paseo en pleno centro de la ciudad. Limoges es además una ciudad muy conocida por visitantes de todo el mundo ya que forma parte de una de las rutas del Camino de Santiago.

Para llegar hasta la ciudad, el aeropuerto de Limoges es el más cercano; sin embargo, los precios de los billetes son demasiado elevados. La opción más económica es comprar su vuelo desde cualquier ciudad de España hasta Toulouse y desde allí alquilar un coche. También se puede llegar hasta Limoges en tren en un trayecto que dura un poco más de tres horas.

Para desplazarse por la ciudad puede utilizar el autobús y el trolebús. Limoges tiene un sistema eficaz para descongestionar de atascos y contaminación el centro de la ciudad: se puede aparcar el coche en alguno de los parkings de la periferia de la urbe (parking relais) y a cambio del pago recibirán, gratuitamente, un billete de ida y vuelta para llegar hasta el centro en autobús urbano.

Limoges cuenta también con varios camping en los que se pueden dejar las caravanas.

Enlaces de interés: http://www.limoges-tourisme.com/

http://www.france-voyage.com/francia-municipios/limoges-34540.htm